martes, 9 de octubre de 2012

Una Promesa

Romería 2012. 1

 Todavía no hace un mes que la Virgen de la Fuensanta inició su recorrido de vuelta al monte, a su refugio en el Santuario. Esta vez la acompañaban miles de peregrinos, como no había visto en años anteriores. Será la crisis que aprieta, será la necesidad que ahoga, será la devoción mariana, serán las promesas por cumplir.

Y así, tras una noche de agradable tertulia con Antonio y Mariotti, quedamos a la mañana siguiente, tempranito, para ver pasar a la Virgen y tomarnos unos churros en la espera. No hay mucho que madrugar, no, que la Virgen por nuestro barrio ya pasa cuando empieza a calentar el sol septembrino, pero aún así, cuesta un poco de remoloneo ponerse en marcha.

Con la cámara chica al bolsillo y unas monedas para los churros, enfilamos la calle con la multitud al fondo, y en llegando, a la altura del Velazquez –un bar que a veces frecuentamos-, nos encontramos con José María, que venía de tomarse un cafelito después de unos cuantos días sin salir, a causa de una amigdalitis que llevaba una temporada haciéndole la puñeta. Traía cara de pachucho y aún así nos echamos unas risas a costa de su indumentaria: se había bajado de casa –a dos pasos- en pijama de pantalón corto y camiseta y no coló lo de la indumentaria deportiva, porque yo tengo un pijama igual y también bajo con él a la calle. En tres minutos nos contó sus achaques con esa medio sonrisa entre pilla y divertida que le conozco desde los tiempos en que nos machacábamos en el frontón del Barnes y que acabó con la resistencia de mis pobres tobillos. Con la promesa de no “chivarnos” de su escapada, nos despedimos hasta la próxima y marchó a su casa.

Romería 2012. 2

Y nos fuimos por los churros. Apostado frente a la marea de marchosos romeros, el carromato del churrero parecía un barco a punto de ser arrastrado por la multitud. Cinco personas no daban a basto para atender a la interminable cola formada en un lateral y de la que de tanto en cuanto surgían murmullos de desaprobación cuando algún que otro romero se “colaba” y se iba con su cartucho de churros calentitos ante la desaprobadora mirada de los sufridos “colistas”.

Según íbamos alcanzando los puestos cabeceros de la cola, otro “run run” se transmitía de boca en boca: ¡Los está dando gratis, no cobra a nadie! ¡Es una promesa!. Una señora, emocionada, se fue al chino de la esquina (abierto, por supuesto) y le compró unas chuches a la niña del churrero: otro clamaba ¡Esto es un milagro, que en los tiempos que corren, alguien te regale su trabajo! Y otra señora, despistada, con sus cinco euros en la mano, empeñada en que también quería chocolate. Esta mañana solo churros, y un poco de agua también le puedo dar, le respondía con paciencia la sonriente churrera.

Con los churros de la promesa calentando nuestras manos esperamos el paso de la Virgen, y a nuestros amigos para verla pasar juntos. La Virgen llegó entre músicas, flores, vivas y gritos de ¡Guapa, guapa! Era tal el gentío que no alcanzamos a encontrar a Mariotti y Antonio, aunque sí llegué a ver, metiendo el hombro en el varal derecho a Antonio, mi peluquero, quien un año más nunca falta a su cita con la Virgen. 

Romería 2012. 3

Según se alejaba con su nuevo manto, yo runruneaba en mi cabeza las gratitudes pendientes y las solicitudes futuras. Como todos, creo.

Todavía no hace un mes que la Virgen volvió al monte y ya han pasado tantas cosas, que parece hiciera un siglo: La furia de la naturaleza se llevó por delante vidas, huertas, casas, cosechas, negocios e infraestructuras desde Málaga hasta Murcia. Ni una gota en tres meses y de repente, todas juntas en un par de días. ¿Será una prueba que nos manda el Señor? Se fue Vicente, el cura amigo de toda la vida, como un hijo más para mi madre; empezó con unas toses y se apagó a los pocos días. No llegó a jubilarse en la residencia para curas ancianos que construyó siendo Superior de los Claretianos de media España, aunque seguro que ahora no cambiaría su nuevo destino, después de toda una vida predicando la vida después de la muerte. ¿Sería su cruz? También se ha ido José María, de prisa y corriendo, sin tiempo a reaccionar, con su media sonrisa entre pilla y divertida. ¿Será una cruz enviada por el Altísimo a su familia para probar su fe cristiana?

Pues no, según el sacerdote que ofició la misa corpore in sepulto; de pruebas y de cruces, nada de nada. Que Dios no tiene la menor intención de tenernos acogotados en nuestra vida terrenal. Que se trata de tener fe en la trascendencia del alma, y que ya está bien de andar siempre preocupados haciendo méritos para coger un buen sitio a la vera del Padre. Así que por esa vera andará Vicente, sin distinciones entre curas y laicos, y por esa misma estará José María, sin preocuparse en absoluto por su indumentaria y velando por los que se quedaron aquí y que aunque le echen de menos, siempre sabrán que lo tienen cerca, y que pase o no la Virgen por la puerta de su casa, siempre tendrán a alguien arriba a quien recurrir en los malos momentos, y que estará, muy, muy atento.

Prometamos aquello que estemos dispuestos a cumplir, porque de repente nos llaman a capítulo, y no es cosa de pillarnos con el pie cambiado. Y si no prometemos nada, seamos irreprochables para los demás y para nosotros mismos y a buen seguro, cuando nos toque, nos iremos tranquilos.

2 comentarios:

  1. Amigo Fernando: ¿Qué tendrá este blog que siempre consigue emocionarme?; me resultan tremendamente amenas y entrañables, tanto la lectura como, por supuesto las fotos.
    Y es que, Fernando, sin la Fuensanta, los "murcianicos" del mundo estaríamos perdidos.
    Este año, y para compensar el ataque cantonal de la Virgen de la Caridad (dicho sea de paso con todo el cariño) que sufro en mi segunda residencia al otro lado del Mar de Alborán, me he hecho con una bandera "de balcón" para recordarle al mundo que Murcia, al igual que Teruel, existe, y que asi como Murcia, se debe a su huerta, los parroquianos de la capital nos debemos a nuestra "Fuensantica".
    ¡Guapa, guapa y guapa!!

    Alfredo

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  2. Vaya Fernando. Con todas estas letras aderezadas con música de David Lanz que por casualidad estaba escuchando (música que por otra parte te recomiendo)has conseguido de verdad emocionarme. Un saludo
    Escucha si tienes tiempo...http://youtu.be/9wxrB41PMhw (es justo lo que escuchaba)

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