lunes, 6 de junio de 2016

Estación de Canfranc. V. Bunkers y Obras de Contención

Depósito

Panel explicativo

Entrada a bunker

Fuerte del Coll de Ladrones

Tronera para fusil ametrallador

Interior bunker

Vista desde un bunker

Encauzamiento del Torrente Epifanio

Diques de contención

La Casita Blanca

6 División Hidrológico-Forestal. Escudo

El Núcleo de Resistencia 111 corresponde a una pequeña porción de lo que fue la "Organización Defensiva de los Pirineos", construida hacia 1944, para impermeabilizar la frontera.

Las obras las hay para distinto cometido: fusiles ametralladores, ametralladoras, cañones anticarro y de infantería, abrigos y depósitos de municiones y víveres, además de observatorios. El proyecto quedó inacabado pero se construyeron la mayoría.

Las distintas obras, se agrupan en su mayoría en la zona de la Pista de Picaubé con la del Paseo de los Melancólicos. Otras en torno a la torreta de fusileros y a ambos lados del río Aragón.

La mayoría se conservan en buenas condiciones, otros o han sido destruidos o engullidos por el terreno. Estas obras han entrado a formar parte de la denominada "ruta de los bunkers" que mediante paneles explicativos hace comprensible el porqué de estas obras.

El acceso es realmente cómodo a la mayoría de las obras, pues conforman una ruta establecida. El mejor lugar para llegar a ellos es el cruce de Paseo de los Melancólicos con la pista a Picaubé.

La necesidad ineludible de proteger la futura estación internacional, llevó a los ingenieros de montes de la 6ª División Hidrológico-Forestal a dedicarse inmediatamente a aquella labor, incluso antes de haber recibido la orden correspondiente. Así, en 1908, Benito Ayerbe comenzaba a estudiar la zona y a diseñar las primeras actuaciones. Suyo es el esquema fundamental sobre cómo debía ser la defensa de la estación, y los sucesivos ingenieros se limitaron a seguir y completar las pautas marcadas por él.

Para la defensa contra los aludes se propuso una doble actuación, por un lado para evitar la formación de aludes y por otro, frenando estos en su camino hacia la estación:

- En la cabecera del torrente Epifanio se construyó una ingente cantidad de banquetas y muros, cuyo destino era estabilizar el manto de nieve en esa zona de salida.

- Se repobló toda la cuenca con el objetivo también de estabilizar la nieve, además de ayudar en el control del fenómeno torrencial.

- En la garganta del torrente Epifanio se construyeron 5 diques vacíos (idea original del propio Ayerbe que surgió al ir planificando las obras) cuya misión era frenar y acabar deteniendo el alud en su descenso hacia el valle.

- Se dispusieron también varios diques de retención y estabilización del cauce, que aunque tenían como misión principal actuar sobre el fenómeno torrencial, también contribuyeron a frenar los aludes en los primeros momentos.

Posteriormente, en 1919, se redactó el proyecto más amplio para la defensa de la Estación Internacional de Canfranc. En él, se describía con detalle lo ya hecho y se diseñaban las actuaciones necesarias para completar la corrección, añadiendo el uso de nuevas técnicas como los rastrillos, puentes de nieve, estacadas, etc.

Se redactaron nuevos proyectos en 1933 y 1947, si bien se limitaban a analizar el estado de la situación en aquel momento y a plantear actuaciones puntuales para ahondar en una mayor seguridad.

La continua amenaza de aludes requirió un importante trabajo de reforestación que con el tiempo se convertiría en objeto de estudio y que pasaría a la historia como una de las actuaciones forestales más importantes jamás realizadas.

Los 8 millones de pinos que fueron plantados suplieron sobradamente a los talados durante las obras y en conjunción con diferentes muros repartidos por toda la ladera confirieron a Los Arañones una magnífica protección anti-avalanchas.

Y hasta aquí el repaso fotográfico e histórico en V entregas sobre el conjunto de la Estación Internacional de Canfranc, dejando una puerta abierta a nuevas incursiones en el futuro. 

Fuentes: Bunkers