miércoles, 31 de mayo de 2017

Funicular de Žaliakalnis

Iglesia de la Resurrección de Cristo. 1

Funicular. Coche 1

Iglesia de la Resurrección de Cristo. 2

Vista de Kaunas desde la colina de Zaliakalnis

Interior del vagón. 1

Trayecto entre estaciones

Intercambio de vagones. 1

Interior del vagón. 2

Intercambio de vagones. 2

Funicular. Fin del trayecto

Estación del Funicular

El primer día (noche) en Kaunas, a los mandos -por primera vez- de un auto automático y con una copiloto conocedora del terreno -aún así, no atinamos con la dirección a la primera, por mi culpa-, pasamos junto a un edificio blanco, con una torre colosal, situado en lo alto de una colina a la que ascendimos por una carretera -para mí, peor que una pista forestal abandonada-, conocida por la copiloto, que animosa seguía dando instrucciones que nos llevaron a nuestro destino.

Como decía, pasamos junto a un enorme edificio blanco que luego resultó ser una iglesia a la que me propuse subir a la que pudiera. Y pudo ser el último día de estancia en Kaunas, que me levanté tempranito y allá que me fui. 

Anda que te andarás, como la iglesia se ve desde todas partes, no me fue difícil llegar a ella por la carretera de cabras -de día parecía otra cosa- por la que transitamos el primer día. La iglesia en cuestión se llama Basílica Monumental  de la Resurrección de Cristo y resulta que cuando Lituania recuperó su independencia en 1922, nació la idea de construir en Kaunas, la capital provisional del país en aquel entonces, una iglesia como símbolo de agradecimiento a Dios por la recuperación de la independencia. 

La iglesia tiene una torre impresionante y en lo alto se instaló una terraza desde la cual debe haber unas vistas magníficas de la ciudad, pero de las que desgraciadamente no pude disfrutar porque estaba cerrada y me tuve que conformar con la vista a pie de monumento. 

Tras este pequeño contratiempo, me dispuse a disfrutar de un agradable paseo en el funicular que salva la distancia entre la zona baja de la ciudad y la iglesia. Reproduzco textualmente las precisiones que he encontrado sobre el artilugio: "El Funicular de Žaliakalnis es una vía férrea corta con un cable de arrastre instalada en la pendiente empinada de las colinas de Žaliakalnis. El funicular funciona desde 1931, tiene cabida para 36 pasajeros, se mueve a una velocidad de 2 m/s, para un viaje de una duración total de 1 minuto y 38 segundos. Por medio del funicular de Žaliakalnis se puede subir desde el centro de la ciudad hasta la Basílica Monumental de la Resurrección de Cristo".

Solo me queda añadir que el "viaje" de bajada me costó 50 céntimos, que estuve esperando un rato la salida a que se montaran más viajeros, hasta que el señor de la oficinilla que me había cobrado, y al que se me ocurrió mirar a través de los cristales, me hizo un gesto con la mano de ¡¡qué esperas, y sube de una vez!! y que, obediente, me subí -el único de los 36 posibles pasajeros-, se cerraron las puertas y durante 1 minuto y 38 segundos fui el Rey del Mambo.

1 comentario:

  1. YA VEO que mucha gente no subía ni bajaba...
    Muy bonita la excursión

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